Cuaderno de Bitácora por Carmen López: 03/16/13

9’00 h. Ya empezamos regular. Tarde para salir a la carretera, porque hay que desayunar, ducharse, y la velocidad no es lo nuestro, pero claro, Carmelocotón llegó a las 5’00 h. de una fiesta en Technopôle, otro de los Campus que existen en Metz.

11’00 h. más o menos. Salimos con nuestro Opel-corsa gris dirección a Luxemburgo, de ahí a Trier, ya en Alemania, y de Trier a Himmerod Abadia, al Museo Alte Mühle, el lugar que más interés tenía en ver. Me lo aconsejó Nuria López, la profesora de Esmaltes de Barcelona.

Pueblo al que pertenece la Abadia de Himmerod

Llegamos pasado el mediodía a la Abadia, el lugar de cuento. En primavera debe ser estupendo pues esta rodeada de bosques.

El coche

Abadia de Himmerod

Antiguo Molino al lado de la Abadia, actual Museo

Oh! Mon dieu! Esmaltes en las barandillas de las escaleras y las distintas plantas, en la entrada, algunos por el suelo, no es muy grande pero de piezas exquisitas por la técnica y las procedencias. Reboso de felicidad.

Deambulamos por distintas dependencias y visitamos el taller, pues dan cursos. ¡Cuánto me gustaría poder acudir a alguno!, pero que lejos está esto de mi Sevilla, además llegar aquí no es fácil, esto está perdido en el sureste alemán, en medio de montañas y bosques.

¿Dónde está Carmen?

Barandillas llenas de esmaltes

Me gustan mucho

Placas de prueba del taller

Hoy no pongo la comida, para no recochinearme, pero ha sido el no va más, cervecita de abadía deliciosa (esa si la voy a poner), platos abundantes y magníficamente preparados y ¡a un precio estupendo! Y eso que cuando nos trajeron la carta, ¡no entendíamos nada! Carmen le ponía mensajes a sus amigos alemanes para que tradujeran, al final llego una amable tedesca que sabía inglés y se entendió con ella, yo el inglés como que no.

Mientras llega la comida Carmen cose un muñeco que le está haciendo a una amiga. Laboriosas como hormiguitas que somos.