8’30
horas. Desayuno y preparo el dèjeuner, vendrán las niñas a almorzar.
Hoy
hace un día luminoso y apetece pasear.
Me
dirijo a Montigny les Metz, donde se
encuentra el Jardín Botánico, dando un agradable paseo por la rivera del Canal de Jouy.
Me
encanta el horario del Jardín: de 8’00 h á la tombèe de la nuit (de las 8’00 h
hasta que caiga la noche), qué lírico.
Y
como tengo el día poético me lo paso añorando a Antonio, con él disfruto doblemente de lugares tan hermosos y
sugerentes.
Las
ventanas del invernadero son un verdadero micromundo de humedad y plantas que
se insinúan a través de los cristales esmerilados. Me evocan las fotos de Pilar Pequeño a la que admiro. Hago un
pequeño álbum de fotos emulándola y se
lo dedico especialmente a mi poeta.
Os pongo una selección y la he llamado:
HASTA QUE CAIGA LA NOCHE
Durante
el tiempo que estuve haciendo las fotos pegada a los cristales del invernadero, notaba que un vigilante no dejaba de observame, bien es verdad que me había
metido en un parterre, pero tampoco me llamaba la atención, yo seguía a lo mío.
Cuando termine la sesión larga de fotos, allí seguía, se me acerca y me dice en
un dulcísimo francés: “madame usted puede
entrar dentro si quiere a hacer fotos”. ¡Ay corazón mío!, cómo le explico
que me interesa las plantas insinuadas a través del filtro del cristal y la
humedad. Me voy para dentro y hago muchas más fotos. Ahora a color. Todos contentos.
Me
he tomado un café a media tarde en la
Place de Saint Louis, en el café Rubis, 3,20 € del ala, y me
quejo del 1,20 € del Bar Chile. ¡Qué precios!
Hasta
mañana,
Carmen