viernes, 29 de marzo de 2013

Metz-Sevilla, 29 de marzo



7’30 h. Me despierto en la habitación de Carmen en Saulcy.

Tengo que tomar el TGV de las 8’56 h. que me dejará en Paris.

Desayunamos y salimos en dirección a la estación por el Plan d'eau, que pasa junto al lago, la mañana está con neblina.

Ya me he puesto la anestesia correspondiente (ese elemento químico natural que nos abotarga para poder soportar situaciones estresantes). Vamos paseando, como un día más, no hace especialmente frío. ¡Vale! Me digo muy seria, fuera nostalgias estúpidas, me he permitido un mes en Metz y me ha cundido. Carmelocotón recuperará su espacio, un espacio que tan generosamente ha compartido conmigo, le estoy profundamente agradecida.

Tomo el tren y ella se sienta en el anden hasta que parte. Alguna lágrima se escapa pero me recupero enseguida.


Plan d'eau


TGV

Comprobando billete


Carmen sentada en el andén


Dormito en el tren. Llego a la Estación del Este de Paris y camino hasta la Estación del Norte. Paseo breve por Paris. Tomo el metro hasta Antoni y allí el Orlyval que me lleva al aeropuerto. Dormito en el aeropuerto. El avión lleva algo de retraso. Dormito en el avión. Lo dicho, pura anestesia para soportar el transito de emociones y de kilómetros.

Gare du Nord


Aeropuerto de Orly

Keith Haring y mi libro


 Llego a Sevilla, me esperan Antonio y Sebastián ¡qué alegría!

Me quito el gorro...









Ya sólo me falta el epílogo.

Carmen




3 comentarios:

  1. Aquí ando, trabajando y escuchando un CD que venía escondido entre todo aquel lote de revistas que nos dio el fotógrafo de la librería, ¿te acuerdas?
    Estas canciones francesas suenan extrañas viendo el simbólico 'au revoir' al gorro junto con los comprensibles rótulos del aeropuerto de fondo.

    Ha sido un gran mes.
    Hemos hecho miles de cosas juntas (muchas de esas que tú, tan bien como yo, sabes que no hago estando sola) y además ¡no tengo la sensación de que haya pasado volando!
    La casa de Manon queda lejísimos, al igual que la caminata a 'la montaña' St. Quentin o aquella deliciosa pasta en la Abadía de Himmerod...
    Esto quiere decir que verdaderamente nos ha cundido, como tú dices por ahí.

    Además, ha sido muy divertida esta aventura bloguera. Despertarme en medio de esos sueños 'sofaleros' con tus "¡ya está publicado!" e inmediatamente marcar la C en el buscador de google para que, por intuición repetitiva, éste me lleve a aquí, tu sitio; y ver cómo transformas en palabras y fotos lo transcurrido durante el día.

    En fin, si paso por Rue de Jardins, se me hará rarísimo no marcar el 2**** frente la farola peluchera para abrir la gran puerta, subir las empinadísimas escaleras (con parón en cada rellano para mirarte en los espejos) y entrar en el acogedor apartamento del Monsieur Brutto (nuestro apartamento a partir de ahora), donde estabas tú con tus devenires de artista creadora.(Que a ver si se me pega algo, por cierto jaja)

    Un beso y abrazos enormes desde la esquinita de la **37.
    Te quiero muchísimo.

    Fdo: La ratona con piel de melocotón.


    PD: No te me deprimas con los gritos y agitaciones característicos de esa Sevilla profunda. ¡No hay nada que unos buenos tapones de oídos no puedan solucionar!
    PD2: Genial la pancarta! Un besillo para el tío Sebas y para Papá. Muá!

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  2. Gracias por este precioso correo, por abrirme las puertas de Metz y no haber puesto pegas a que fuera (se que no todos los hijos lo permiten), por hacer de paciente traductora, por enseñarme a revelar carretes vintages, por enseñarme tus rincones, acompañarme a mis visitas artísticas, ser crítica y correctora de mis quehaceres, por prestarme tu habitación y tu ordenador, por presentarme a tus amigos, por caminar a mi lado en mis aventuras, por retarme a subir a Saint Quentin, por todo eso y mucho más.
    Te quiero artista.

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    Respuestas
    1. Ahora sí que acabas de hacer que suelte alguna lagrimita...
      De gracias nada, gracias a tí por estar ahí y por inspirarme mucho más de lo que tú te crees.

      ...La artista eres tú.

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